Irene Cardona (CIMA): “Es necesario un cine más diverso para conseguir una sociedad más plural y más justa.”

Irene Cardona (1973) ha atendido al Magazine del Archivo del Cortometraje Español para responder a algunas preguntas sobre la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) y la perspectiva de género dentro del la industria del corto. Una entrevista amable, concertada y realizada en la misma mañana, donde la directora, guionista, docente, actriz y coordinadora de CIMA EN CORTO habla de algunos puntos sobre la brecha de género que existe en el ámbito audiovisual.

¿Cuándo y por qué nació CIMA?

Nació en 2006 cuando se reunieron un grupo de cineastas, casi todas directoras, y vieron la necesidad de unir fuerzas. Primero, para constatar que eran muy pocas las mujeres que hacían cine, y ver que la unión podía ser la manera para cambiar esa situación. Desde entonces, CIMA ha crecido mucho, ha pasado por distintas etapas y actualmente somos alrededor de 800 socias. O más.

De cualquier forma en la web de la asociación puede leerse que la asociación no es solo para mujeres sino que en ella participan hombres también.

Sí, cualquier persona que esté de acuerdo con los objetivos de CIMA se puede asociar.

¿Cuáles son los objetivos?

El objetivo último es lograr la igualdad de derechos entre mujeres y hombres y, en concreto, en el ámbito audiovisual. Por un lado, fomentar que se iguale la presencia profesional en las distintas fases de la producción audiovisual, y de esta manera, también modificar los contenidos y los puntos de vista. Que lo que se cuente y cómo se cuente también sea representativo de la mirada de las mujeres. Esto no quiere decir que todas las mujeres vean todo igual, ni que exista una única mirada femenina, pero sí es verdad que las vivencias de las mujeres han sido diferentes y las historias que cuentan también son diferentes. Es necesario un cine más diverso para conseguir una sociedad que sea más plural y más justa.

Se conocen las estadísticas sobre la brecha de género en la industria cinematográfica en cuanto a los largometrajes, pero no hay en cuanto a los cortometrajes.

En los informes de CIMA se habla sobre todo de los largos. Ahora se ha hecho también un informe sobre televisión, pero es verdad que no hay un informe hecho sobre el cortometraje. Y es verdad que estaría bien que lo pudiéramos hacer. En principio, por lo que hemos observado en el cortometraje, así como en el largo documental, el porcentaje de mujeres es ligeramente mayor, que no mayoritario, de lo que suele ser en la producción en general. Esto se produce por la sencilla razón de que son ámbitos donde hay menos peso industrial, más libertad creativa, y hay, en definitiva, menos dinero. Es en estos términos donde las mujeres tienen más acceso. Algo que resulta significativo.

Así que, aunque no hay estadísticas publicadas al respecto, sí se presupone que también hay brecha de género en la industria del cortometraje

Sí, por supuesto. Tú puedes ver cualquier selección de festivales o los listados de ayudas públicas y se sigue viendo esa brecha.

¿Y esa brecha es más marcada en unos ámbitos de la industria que en otros?

Siempre hay ámbitos que son tradicionalmente femenizados, que se dice. Por ejemplo, en la producción suele haber un cincuenta por ciento de mujeres. En cambio, en otras tareas, como en fotografía, en dirección o guion, el porcentaje es menor. La fotografía ha sido, de hecho, tradicionalmente un ámbito masculino. Y por otra parte, vestuario o maquillaje ha sido generalmente un espacio ocupado por mujeres.

¿Estas tendencias están cambiando?

Sí, están cambiando. De hecho, estamos viviendo un proceso de cierta aceleración, algo que creo que responde a los cambios que estamos viviendo en la sociedad en general. Hay una acción más decidida y abiertamente de lucha contra estas desigualdades. Esto no supone que las cosas estén cambiando de un día para otro, pero está habiendo cambios más rápidos.

Siempre se ha visto en las estadísticas que había muchas estudiantes en las facultades de comunicación audiovisual o en las escuelas de cine que luego no se traducía en mayor presencia a nivel profesional. Como detalle diré que llevo varios años dando clases en una escuela de cine y este año, en el primer curso, ha sido la primera vez en que ha habido un porcentaje del cincuenta por ciento para cada género. Y es que en los dos últimos dos o tres últimos años estamos viendo cambios. Los referentes son muy importantes. Que hayan salido cineastas como Carla Simón, gente joven, con un cine muy personal y con éxito, ayuda mucho a que otras mujeres jóvenes se animen.

¿Cómo surgió CIMA EN CORTO?

CIMA EN CORTO es una muestra de cortometrajes hechos por socias de CIMA. No solo son directoras, sino que también hay directoras de fotografía, montadoras, directoras de arte, actrices, etc. Uno de los objetivos de CIMA es facilitar la visibilidad de los trabajos de las cineastas. Como es bien sabido, los cortos tienen una vida corta, que se reduce a uno o dos años que es lo que puede durar un ciclo de festivales, y CIMA EN CORTO es una buena manera de ponerlos en valor. Además, esta muestra se estructura en sesiones por temática, de tal forma que no están solo etiquetados como “cine hecho por mujeres”, sino que son una prueba de la diversidad de temas que existe.

La primera edición de CIMA EN CORTO se hizo en 2015. Se empezó haciendo de vez en cuando y fue evolucionando. Ahora mismo se hace una vez al mes en Cineteca y en otros sitios, por ejemplo, el año pasado estuvimos en Ibiza, en Barcelona o en El Ferrol. También hemos participado en festivales de cine como Sitges, Huesca o Alcine, e incluso hemos estado en Argentina.

¿Cuáles son los grandes retos inmediatos en igualdad de género en el audiovisual en general y en el cortometraje en concreto?

A nivel general, estamos en pie de guerra por el retroceso que supone la nueva Ley Audiovisual, con respecto a las anteriores, en cuanto a cómo apoyar el acabar con la brecha de género. Hay que ser consciente de que favorecer la presencia de mujeres es todavía una cuota necesaria para que se iguale la situación. Llevamos muchos siglos de infravaloración de las mujeres en el ámbito de la creación de cultura y hay que hacer un esfuerzo muy grande para compensar una situación creada a lo largo de tanto tiempo. En realidad, esa es la razón de las cuotas. No se puede esperar que el cambio ocurra de forma natural porque tardaríamos muchas décadas. Y este combate afecta a directoras de largos y de cortos.

En la industria del corto han cambiado muchas cosas. Ya hay festivales paritarios. La presencia paritaria, más o menos, de hombres y mujeres es algo fundamental. También en los comités de selección. Queremos que no haya secciones especiales en los festivales que, aunque estén hechas con buena intención, son contraproducentes. Me refiero a ese tipo de secciones especiales de películas hechas por mujeres. No queremos secciones especiales, queremos que dentro de la sección oficial entren más cortometrajes hechos por mujeres, con nuestras historias y nuestras miradas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *