Cineasta, programador, cofundador de la revista Cortosfera y director artístico del Aguilar Film Festival. Jorge Rivero es, además, el presidente de la Coordinadora del Cortometraje Español. Con su bagaje dentro de la industria del corto responde a la llamada con el manos libres mientras cocina. “Unos chocos guisados”, suena entusiasmado. Tras este comienzo, deja su quehacer, se pone serio y nos habla de su asociación.
¿Qué es la Coordinadora del Cortometraje Español?
Es una asociación que nació hace catorce años con el interés de defender los intereses del sector y tener más representación y visibilidad del cortometraje español, también a nivel internacional. Intenta ejercer de aglutinador de los distintos agentes y ámbitos que tiene el sector y de esta forma buscar que se desarrolle y se profesionalice.
¿Por qué alguien de la industria debería hacerse socio de la Coordinadora?
Formar parte de una asociación es muy útil y productivo porque contribuye a que haya una representación de los intereses comunes. Y esto siempre va a redundar en una mejoría para todos los cineastas. En la medida en que la Coordinadora sea una asociación fuerte y representativa, más capacidad tendrá de influir y de que las voces de cada uno sean escuchadas por las administraciones a la hora de proponer ideas e iniciativas.
¿Cuáles diría que han sido los grandes logros de la Coordinadora en estos años?
Ha cumplido distintas tareas. Junto con otras asociaciones ha puesto en marcha proyectos muy importantes como AulaCorto y Shorts from Spain. Hacerse cargo de El Día Más Corto fue algo muy destacable que ayudó a la visibilización del corto y con una repercusión mediática importante. Por cierto, un proyecto que no se ha podido organizar en los dos últimos años, debido a las circunstancias especiales en las que hemos estado, pero esto no quiere decir que se haya desestimado, al contrario, sigue en la agenda de la Coordinadora.
Posiblemente el proyecto más importante de los últimos tiempos que hemos llevado a cabo es la creación del Archivo del Cortometraje Español. Ya no solo por la importancia que tiene como un espacio en el que recopilar y ofrecer información que no estaba disponible muchas veces sobre las obras, los autores, los festivales, las agencias autonómicas y otros agentes del sector, como las productoras y las distribuidoras. De alguna forma simboliza también ese compromiso que tiene la Coordinadora con respecto a todo el sector. De hecho, en la siguiente fase se va a desarrollar un directorio de las escuelas de cine. Es decir se trata de aglutinar a todas las patas del sector, con toda la diversidad que tiene, desde lo público a lo privado, desde lo individual a lo colectivo.
¿Por qué algo tan demandado como el ARCHIVO ha tardado tanto en llegar?
El trabajo del ARCHIVO es muy complicado. Más allá de la logística de organizar una base de datos, el problema está en que la información que se necesita es muchísima. Se hacen más de mil cortos al año en España y gestionar toda esa información es complicado. Sobre todo las fuentes para encontrar la información
¿De qué forma la Coordinadora colabora con otras asociaciones?
Tenemos reuniones periódicas con otras asociaciones del sector cinematográfico. Evidentemente tenemos lazos más estrechos con la PNR y AIC porque son asociaciones que se dedican más específicamente al cortometraje y entre las tres hemos desarrollado proyectos conjuntos. De hecho, acabamos de firmar un acuerdo en común con EGEDA que nos ayudará a poner en marcha más iniciativas.
Pero también hay una relación muy fluida con otras asociaciones como PANTALLA, DIBOOS, con las asociaciones de cine y mujer, etc. Lo que intentamos es trabajar siempre en paralelo, no buscar la competencia entre las asociaciones, sino encontrar la forma de que cada una contribuya.
Hace unas semanas se ha mandado una carta al ministro Iceta para exigir que la nueva Ley Audiovisual que se está haciendo incluya el 1% anual para la financiación anticipada de cortometrajes ¿Han sido receptivos desde el Ministerio?
De momento no hemos tenido respuesta, de hecho tendremos una reunión en breve con el ICAA donde trasladaremos de nuevo esta reclamación. Creemos que no solo es importante esa aportación económica para la producción de proyectos, sino la visibilidad que se le pueda dar al cortometraje. Si estamos hablando de que plataformas y televisiones tienen que invertir en la producción de cortos, evidentemente, el paso lógico es que luego esas producciones tengan cabida dentro de sus parrillas. Encontrar espacios de exhibición en plataformas y televisiones es fundamental porque el corto español está en un momento excepcional. Si uno mira la programación de los principales festivales de cortos es difícil no encontrar españoles, además de los premios que muchos de ellos finalmente consiguen. Pero lo cierto es que toda esa calidad reconocida no acaba llegando al público en general.
¿En qué medida cree que se ha profesionalizado la industria del corto en los últimos años?
Lo que se ha vivido en los últimos años, por mucho camino que quede por recorrer, es la creación de empresas de producción, además de que muchas productoras se han asentado. Algo que también ha ocurrido con las distribuidoras. De igual forma, se ha mejorado el tejido dentro de los festivales, con profesionales formados y con experiencia, aunque también es un terreno bastante inestable. A nivel técnico también ha habido un progreso y con unos presupuestos que han ido aumentando. En este sentido hemos ido dando pasos poco a poco hacia la profesionalización. Entendiendo la profesionalización como que se están creando obras que tienen un cariz profesional, con remuneración, que están con empresas sólidas y contribuyendo a crear un tejido empresarial y profesional necesario.
¿Cuáles son los retos de la industria más inmediatos?
En primer lugar, hay que consolidarse como industria. Parece que cuando hablamos de la industria del corto, es como si habláramos de algo que está fuera de la industria cinematográfica. No es así. Es parte de ella. Productores, distribuidores o cineastas trabajan casi todos en largos y cortos. Pero si queremos afinar esta definición de “industria del corto” que solemos hacer, debemos vincularla a la profesionalización. Se trata de eso, de consolidar ese mercado laboral, que se fijen una serie de presupuestos para que todos profesionales cobren. Aunque no voy a negar la importancia del amateurismo como herramienta lúdica y de formación.
Por otra parte, el hándicap fundamental es llegar al espectador. El festival de cine es casi el único espacio donde se ven cortos, es como un oasis. Así que hay que hacer que la gente lo vea como un contenido muy disfrutable y que conozca todos los méritos que se están consiguiendo en otros países con nuestras producciones. Y de hecho, hay tantos tipos de cortos que es fácil que las personas encuentren el tipo de corto al que quieren llegar y disfrutar.
Y en tercer lugar, hay que volver a enganchar al público más joven. Hay que hacer una labor inteligente y atractiva desde los colegios y los institutos. Si queremos mantener espectadores en el futuro, debemos convencer y seducir a los más jóvenes de que el corto es eminentemente joven y transgresor en muchos casos, y en el que pueden verse reflejados.